Me hice consciente que el cuerpo es el templo del Espíritu Santo (1 Corintios 6:19 – 20) y fuimos invitados como mayordomos para cuidarlo, protegerlo, alimentarlo y darle la energía, el movimiento y el descanso  que necesita para mantenerse sano y vital.

Entendí que los 40 son los nuevos 20 por eso cree una metodología que ayuda a tu salud integral, porque soy consciente que una mujer sana, no solo necesita alimentarse bien, también necesita, aprender a escuchar y fortalecer su cuerpo, liderar sus emociones, cuidar sus relaciones, apropiarse del movimiento de sus músculos y cultivar su vida espiritual que en conjunto la lleven a disfrutar de una vida saludable, vital y con plenitud.

Mis procesos de acompañamiento son cercanos, dinámicos, alcanzables y están diseñados para brindarte resultados tangibles a corto y largo plazo.